Lady In Black

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Una hermosa mañana, en un domingo solitario, una misteriosa mujer se acercó a mí con su cabello largo ondeando en el viento invernal. A pesar de estar perdido en la oscuridad y rodeado de destrucción, ella pareció encontrarme sin esfuerzo alguno. Me preguntó sobre mis batallas internas, sobre la necesidad que algunos hombres sienten de luchar y matar a sus propios hermanos sin pensar en el amor o en Dios.

Rogué que sus caballos pisotearan a mis enemigos, llevado por una pasión ansiosa por devorar los restos de la vida. Sin embargo, ella advirtió sobre la violencia que convierte a los hombres en bestias, sobre lo fácil que es iniciar una guerra y lo imposible que resulta detenerla. Se presentó como la madre de la humanidad, aconsejándome sabiamente para que no caminara solo de nuevo, ofreciéndose a quedarse a mi lado.

Extendió su mano abierta y me instó a descansar a su lado, infundiendo fe y confianza en la paz en mi corazón. Me recordó que no hay fuerza en los números ni en ideas erróneas, pero se comprometió a estar cerca cuando la necesitara. Al decir adiós, me aseguró que aunque no encontrara las palabras adecuadas, siempre estaría a mi lado, renovando mi espíritu en cada día ventoso.

Aconsejó que si algún día se me presenta la oportunidad, escuche con atención sus sabias palabras y encuentre en ellas valor y consuelo. Recordó saludarme de su parte, marcando un final lleno de esperanza y gratitud en este encuentro fugaz y significativo.