Joy

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En lo alto del mundo, así es como mis hijos me hacen sentir en este momento. ¿Alguna vez has sentido que podrías hacer cualquier cosa? Voy a estar ahí para ustedes de verdad.

Era 1996, el cuatro de julio, mirando hacia el cielo, lidiando con pensamientos internos, cuando algo llamó mi atención. Era la silueta de una hermosa mujer, radiante de vida, llevando a mi primer hijo, parecía que daría a luz esa noche. Estábamos en el festival de la calle africana, ella caminaba hablando sobre la partera que dijo que el bebé iba a nacer. Estaba a punto de ser padre, y los colores y sonidos parecían más brillantes a mi alrededor.

Llegamos a casa a las tres de la mañana, estaba agotado. Las contracciones comenzaron tan pronto como me quedé dormido. A las tres y cinco, cada cinco minutos, rompieron aguas. Estamos en camino, gritando al taxista porque iba lento. Los hospitales quieren ser pagados, sin preguntas. Llegan los médicos con sus medicamentos, intentando realizar cesáreas, pero mi bebé se mantiene fuerte, en trabajo de parto por mucho tiempo. Un niño de ocho libras para llevar mi nombre, ¡alegría!

El diez de junio de 1999, desde el nacimiento de mi hijo, he estado dedicado. Con un bebé en camino, mi esposa brillando. La música me acompaña todos los días, pero es una bendición que requiere paciencia. Se embarazó en unas vacaciones en Jamaica, así que todo está bien. Esta vez tendremos al bebé en casa, no en un hospital. Estoy de gira en Baltimore cuando recibo la llamada: '¡El agua rompió!' Debo realizar mi show pero también debo irme. Dudas sobre no llevarla al hospital. Dejo el show temprano, Mos me respalda, gracias. Llamo al servicio de coches, que me lleva directo a Brooklyn. Recibo la noticia en el coche, me mantengo calmado. Pero lloro lágrimas de alegría, cuando ponen a mi hija en mis brazos, ¡qué precioso!

Lo hago por los hijos, en sus años formativos, cuando nos necesitan. Debemos creer en lo que concebimos, es profundo. Les doy la verdad, para que afronten la situación con argumentos. No les oculto nada, escuchan todo porque saben cómo escuchar. Les enseño el juego para que conozcan su posición y puedan crecer, tomar decisiones que cambien el mundo y rompan viejas tradiciones. Encarcelan a los niños por una vida que ni siquiera han comenzado, también es un asesinato, y parte nuestro país. Les dimos a los jóvenes toda la ira, simplemente no les enseñamos cómo expresarla, y así es peligroso. No puedes hablar con ellos a menos que tu lenguaje se relacione con lo que están pasando. Tan ocupados ignorándolos, que no podemos ver lo que nos muestran. Y nos preguntamos por qué nos llaman papás y mamás jóvenes, cuando crecemos no podemos actuar como padres adultos. Estoy bendecido de tener un niño y una niña, cada día traen felicidad a mi mundo.