Soneto Espiritual

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Cuando era niño, veía cometas como anclas de viento y ahora las percibo como pájaros muertos que continúan su rumbo. Sigo aferrado al hilo que ese niño sostiene en lo más profundo de mi ser, desafiando cualquier molde que intentó aprisionarme. La semilla plantada bajo el eclipse creció liberándome y atormentándome al mismo tiempo. En esta prisión de barrotes flexibles vivo, fusionado contigo, separados para poder ser. Mi corazón descubre su doble fondo, espacio suficiente para otro ser entre la espada y la pared, como un ciego que se busca al tacto. Me reconstruí para encontrarme, aprendiendo a valorarme por pura pasión. La dualidad se desvanece, la libertad radica en la elección consciente de lo desconocido. En el altar de la meditación, coloco los mantras de la armonía. Mi arte musical trasciende a un plano elemental, fusionando pintura y escritura en un neo-plasticismo sonoro. La prisión nos libró al hacernos prisioneros, dedicado a lo confiscado, cuyo legado encontró su camino hacia mí. Recuerdos de tiempos difíciles, saliendo ileso pero no incólume. El amor por la soledad liberó al preso y acercó a los dioses al anhelo de ser carne y hueso. Cada paso me hace crecer, densificándome como el viento en callejones clandestinos. Mis sentimientos, incomprensibles para muchos, los plasmo eternos en cada mente receptiva que me escucha, arrancando pedazos de alma para compartir mi esencia.