ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En esta hermosa canción de Sufjan Stevens, se narra la historia del 'Monstruo del Lago Wallowa' de una manera poética y emotiva. La letra nos sumerge en la misteriosa narrativa de Leviatán, la criatura que protege a sus hijos en lo profundo del lago, alejándolos de la plaga. A medida que la melodía avanza, se revela la trágica historia de la madre del narrador, quien los abandonó en Detroit bajo la lluvia, llevándose solo una funda de almohada como bagaje.
El viaje continúa hacia Joseph, cerca de una incursión de nativos americanos, donde la madre llora entre las hierbas, jugando al escondite en la tumba del jefe caído. La imagen de un lirio de la paz sobre su tumba agrega un toque de melancolía a la escena. La madre, como un pájaro encapuchado de cedro, se sume en la embriaguez y es finalmente despedida en un ataúd improvisado, mientras el monstruo del lago revela su rostro.
La narración se adentra en la espera de la madre en la sombra, entre la presencia de un Demogorgon o un semidiós en el desfile de fantasmas. Ninguna ofrenda podrá traerla de vuelta a su lugar original, resignándola a permanecer en lo profundo del Lago Wallowa, en una resignación serena y orgullosa. La imagen de un dragón sumergido confirma su trágico destino, mientras la fuerza de su espíritu se refleja en toda su resiliencia.
En medio del lago, la madre entrega a sus seres queridos una última mirada, despidiéndose con la plenitud de su rostro. La sombra de 'Hin-mah-too-yah' (Napoleón Rojo) se cierne sobre el momento, reemplazando su presencia con la de un demonio. A medida que aguardamos la calma de las aguas, recordamos su estoicismo y orgullo inquebrantables, sabiendo que su alma descansa en las profundidades donde el dragón la reclamó silenciosamente.