I Woke Up In A Car

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Un amanecer en la ciudad de Nueva York, despertando de un sueño al volante, embarcando en un tren hacia Poughkeepsie donde el tiempo parece detenido. Allí, recibiendo una carta desde San Diego que habla de fortuna y conexiones aéreas a través de Arizona, pero con la sensación de estar arraigado a ese lugar.

En un neblinoso viaje, observando el Mississippi a sus pies, experimentando una sensación de pérdida y conexión con el país como nunca antes. Conociendo a una chica tatuada, guardiana de los recuerdos de hogares amados, capaz de pintar la piel hasta que desaparezca por completo.

Atravesando Rockford y recibiendo otra carta que promete no olvidar, mientras la incertidumbre se desliza sutilmente al pensamiento. La esperanza de que quizás, en algún lugar, alguien esté siempre esperando cuando la soledad aparezca.

El despertar en un coche, la niebla envolvente, la visión del Mississippi y la sensación de estar perdido pero a la vez conectado con la vastedad del país. La necesidad de escribir a los seres queridos y dejar atrás las llaves como símbolo de un viaje interior.

Quizás, la idea de poder vivir eternamente en un lugar si se supiera que alguien siempre estaría allí esperando cuando la soledad visite. Pero, al final, el despertar en un coche sigue siendo el punto de partida, la neblina la compañera de un viaje introspectivo por los rincones del corazón.