Hace Dos Perdices

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En 'Hace Dos Perdices', Sofía Ellar nostálgicamente reflexiona sobre la felicidad perdida y las heridas emocionales que ha experimentado a lo largo del tiempo. Recuerda el momento en que olvidó lo que significaba ser feliz, entre promesas rotas y cicatrices que parecían no sanar. Un amor pasado desvió su rumbo hacia lo desconocido, desencadenando una metamorfosis en su interior, haciéndola sentir inmortal.

En el transcurso de las estaciones, los recuerdos arden y se apoderan de su mente, revelando la importancia de tomarse en serio las oportunidades de ser feliz. Sofía reconoce que la felicidad reside en las pequeñas historias de kinkis y cowboys, en la valentía de no poner límites al brillo del sol sereno que ansía cantarle a la tormenta. Aunque las cicatrices duelen en silencio, el ser feliz no requiere de muchas promesas, sino de aceptar las experiencias como parte de un viaje hacia la autenticidad.

En un canto melancólico y esperanzador, la cantautora nos invita a seguir adelante sin miedo, abrazando nuestro pasado con amor y comprensión. Porque, al final del día, las historias de cuando éramos jóvenes, rebeldes y soñadores nos recuerdan quiénes éramos y quiénes podemos llegar a ser. Juntos, somos kinkis y cowboys en un universo de emociones compartidas, donde la felicidad se encuentra en la libertad de ser quienes realmente somos, sin importar las directrices impuestas desde fuera. Y así, Sofía Ellar concluye que, a pesar de todo, en el ser fiel a uno mismo no hay remedio, solo la dulce nostalgia de dos almas que alguna vez fueron felices.