Verano del 95

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Déjame acompañarte a ese lugar especial en tu casa del árbol, donde los recuerdos se entrelazan con el cálido abrazo del río. No importa cuánto tiempo pase, la música seguirá siendo el eco en la cara oculta de aquel vinilo.

El tiempo transcurre mientras tú sigues componiendo letras, entre la melancolía y la esperanza, sin anclarte por mucho en un mismo punto. La niñez se desliza a través de fotografías en revistas y el eco de juegos en parques helados de Reinosa.

Es una invitación a danzar en los tejados de un destino escrito en estrellas, reviviendo el verano del 95. Preguntas por los años y dónde quedaron las huellas del tiempo en tu vestido, evocando la inocencia de la escuela y la negación de crecer.

Cada acorde de guitarra, cada vuelta en bicicleta y las pisadas en la tierra resuenan en tus recuerdos, marcados por la presencia de tus padres y la complicidad de tu hermana. Las raíces de tus sueños se entrelazan como senderos marcados en el camino hacia la madurez.

El deseo persiste de sumergirnos en el río de la infancia, revivir aquel destino que parecía escrito en las estrellas del verano del 95. El pasado se entrelaza con el presente, creando una melodía nostálgica que nos invita a recordar con cariño aquellos momentos que forjaron nuestra identidad.