89 Grados Fahrenheit

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Al despertar esta mañana, sentí una extraña sensación de cambio en mí. Las paredes de mi habitación parecían mis propios huesos, y las fotografías colgadas eran recuerdos que apenas comenzaban a emerger. Al observar por la ventana, me invadió la incertidumbre de dónde terminaba mi ser y comenzaba el paisaje. Me sentía como un simple espectador en una taquilla, con mi boleto en mano, esperando abordar un tren hacia algún destino desconocido.

A las 11 de la mañana, con una temperatura de 89 grados Fahrenheit, me encontraba en un estado de ensimismamiento. Mi único recuerdo claro era haberte visto desnuda. De repente, regresé a la realidad y me cuestioné qué hacía allí. El molesto silbido de la cafetera me devolvía a la dualidad de mi existencia. Pero ahí estabas tú, el único elemento constante en ambos mundos, conectándolos con tu presencia.

Experimenté la extraña sensación de creer en algo que parece inalcanzable. Un bohemio, un charlatán, un ídolo enmascarado, un cantante de canciones, todos parecían simples bromas. El silencio habla con claridad cuando finalmente cesa el ruido, ¿qué puedo decirte en medio de este caos de palabras e ideas que solo obstaculizan nuestra comprensión de la vida?

Tú eres quien enciende el brillo en mis ojos, desafiando mis deseos y conquistando mis pensamientos. A pesar de que pueda sonar extravagante, lo más hermoso de ti, mi amor, son tus imperfecciones. Con una inteligencia que raya en lo ilógico, eres como una presencia digital en un mundo analógico y absurdo, destacando especialmente en tu forma de pensar.

Eres mi oasis en medio del desierto, mi paz y mi conflicto. ¿Dónde te encuentras en este momento? A las 11 de la mañana, a 89 grados Fahrenheit, me sumerjo en la nostalgia de haberte visto desnuda, mientras lido con la dualidad de mi ser. Pero en medio de este maremágnum existencial, solo tú eres el vínculo que une ambos mundos, eres el hilo conductor de mi existencia.