Cosas que suenan a...

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En 'Cosas que suenan a...' de Maldita Nerea, nos sumergimos en la metáfora de nadar en mares pequeños para sentirnos seguros y evitar perdernos en los grandes. El protagonista desecha las películas de miedo y prefiere la calidez de las historias de princesas. Expresando su deseo de contar con sinceridad y autenticidad, anhela transmitir sus sentimientos más profundos y dejarnos su canción como testamento de amor.

El miedo, ese que todo lo enmascara, se disipa con la promesa de cuidar y ser cuidado. Se habla de abrazos que se guardan en el recuerdo y cómo el invierno no logra llevarse ciertos ruidos del pasado. A pesar de las dificultades, se destaca cómo han superado grandes obstáculos juntos, afrontando las situaciones de la vida con calma y disfrutando de los momentos simples como un café compartido.

Se evoca la necesidad de expresar lo inefable, de encontrar paz en la complicidad silenciosa de los abrazos y miradas cómplices. La canción parece ser un recordatorio constante de que, a pesar de la tristeza inherente a la vida, hay un hilo de esperanza que nos impulsa a seguir adelante, a no dejarnos vencer por las dificultades.

En medio de la melancolía, resuena el deseo de seguir el vuelo del ser amado, de ser apoyo constante en su vida, de recordarle que siempre estaremos allí, incluso en la distancia. Se reafirma la importancia de vivir el presente y de no permitir que el miedo paralice nuestros pasos, recordándonos que, a pesar de todo, las cosas tristes pueden convertirse en recuerdos poderosos que nos fortalecen.

La canción termina con la repetición de 'cosas que suenan a triste, que suenan a olvidar', un eco de las emociones complejas que nos embargan en distintos momentos de la existencia. Pero, al mismo tiempo, nos invita a encontrarnos en la música, en los abrazos compartidos y en la promesa de seguir adelante juntos, superando cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino.