El Príncipe De La Dulce Pena (Parte IV)

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En la profunda oscuridad de la soledad, se encuentra la amargura acariciando suavemente tu alma. Es momento de darle otra oportunidad a la fría oscuridad, sumergirse en la siniestra noche, donde el dolor y la pasión se entrelazan en una danza macabra sobre una lápida.

Clavando los dientes en la blanca piel, sediento de emociones intensas, deseando que el miedo inunde tu mirada y el viento lamente por ambos. En un camposanto rodeado de cruces góticas, el ambiente se vuelve embriagador, con una tumba abierta invitando al festín de sensaciones prohibidas.

Bajo la luna que llora blasfemias, entre cuerpos sin vida que sirven de lecho, se vive un amor decadente y apasionado. Que el mal se convierta en tu esclavo, que la muerte te haga estremecer en un abrazo eterno.

En este oscuro y lúgubre panorama, se experimenta el sabor de la muerte al besar, donde el amor depresivo y la amargura danzan en una última danza. Ven y bebe de esta copa mortal, morir juntos en el nicho de amor que es nuestra tumba.

Bajo la luna llena, en un éxtasis de amor melancólico, se sella nuestro destino en un abrazo eterno en la dulce pena.