ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En un día soleado, en la estación donde las aves alegres cantaban, decidimos ir a escuchar esos dulces cantares junto a Rosita, mi querida compañera. Llevaba conmigo las redes para capturar algunos pajarillos que alegrarían nuestro camino. Pronto capturamos jilgueros, gorriones y hasta un gavilán prisionero.
Rosita planeaba vender los pajarillos en la capital por un buen precio. Mencionaba que en México podrían valer cinco pesos cada uno, siendo este el menor precio que podrían alcanzar. Si alguien preguntaba de dónde venían estos pajarillos silvestres, simplemente responderíamos que no eran de esta tierra, sino de un lugar caliente.
Al despedirse, Rosita se presentó como la pajarerita, lista para llevarse a los pajarillos con alegría y entusiasmo. Era evidente que disfrutaba de su oficio y estaba lista para emprender su siguiente aventura.