Demonios

LETRA

Demonios

Tal vez cuando me escuches no seas crédulo
ante lo que mi lápiz redacta para los incrédulos.
Experiencias vividas como apología
que si existe el bien, hay un mal, demonología.

La primera experiencia espiritual que yo tuve
fue a muy temprana edad cuando en el mundo yo anduve.
Desde ese tiempo varios episodios tuve,
convivir con ellos pude aunque en secreto los mantuve yo.

Entre sueño y despierto yo vi salir de mi cuerpo
unas palomas blancas, se fueron por la ventana.
Ahí mismo me despierto y un sonido como estruendo,
me levanto para ver las aves y no vi nada.

Quedé como "¿qué es esto?" pero no le di mente,
seguro un sueño de esos raros que tiene la gente.
Pero algo me decía que no era normal,
que aquello que no entendía era algo espiritual.

Años más tarde, cuando ya leía la Biblia,
el primer cristiano convertido en mi familia.
Una noche me despierto dando fuertes gritos,
viendo de lado a lado y con ambos pies dolidos.
Mi madre corre al cuarto, preguntó "¿qué pasa hijo?"
Y un vecino cristiano notó que yo había sido poseído.

Por el ruido, que había sido el adversario,
tanto que al otro día se había enterado todo el barrio.
Mi cuerpo quebrantado y la garganta me dolía,
con mis pies había partido la cama donde dormía.

Por un pecado cometido o mal testimonio,
Dios permitió que me poseyera un demonio.
Una tarde dormido llegaron unos seres,
y en esa dimensión pregunté "¿quiénes son ustedes?"

Tan solo hacían ruidos, ruidos extraños,
entre varios me jalaban el alma como hacia abajo.
Querían sacarme de mi cuerpo, a lo lejos sentía
que había un fuego que ardía abajo, pero no veía.

Y recordé una prédica que me decía
que si reprendo en el nombre de Jesús ellos se irían.
Y así pasó, ellos me dejaron en paz,
pero el miedo me invadía y no quería dormir jamás.
Ya que me atormentaban con mucha frecuencia,
a pesar que era cristiano y estaba yendo a la iglesia.

Le preguntaba a Dios por qué me sucedía,
si estaba bien con Él, por qué lo permitía.
Entre ayuno y oración yo me mantenía,
y cuando reprendía a unos, otros más fuertes venían.

Pasaron cinco años, yo estaba acostumbrado
a cada noche que dormía ser atormentado.
Pero entendí que el enemigo me atacaba
con la malvada intención que el evangelio lo dejara.

Demonios se burlaban, como perros escuchaba,
hasta un reguetón de fondo secular sonaba.
Hubo un momento en que me apagaron la luz,
seres más fuertes no se iban en el nombre de Jesús.

En cada esquina de mi cuerpo se paraban,
tomando manos y pies para que no me les soltara.
Me sacaban del cuerpo mientras yo miraba
como demonios con lanzas mi alma la traspasaban.
Era un dolor extraño ese que sentía,
a veces me atormentaban hasta cuando no dormía.

Me enojaba con Dios por lo que sucedía,
pero le seguía orando y en su palabra creía.
Satanás al ver que seguía predicando,
usando este ritmo para seguir evangelizando,
otro remedio más no tuvo,
que comenzó a enviarme demonios como súcubos e íncubos.

Y cada noche llegaban de repente,
varios espíritus para violarme sexualmente.
Como hombre ya te imaginas cuán impotente
yo llegué a sentirme, pues a Dios lo sentía ausente.

Me daba vergüenza contarle esto a la iglesia,
porque pensé que pensarían que sufría demencia.
O aún peor, que podrían haber pensado
que yo estaba en algo malo, consecuencia del pecado.

Recuerdo que la última vez que ellos llegaron,
una noche más y una vez más de mi abusaron.
Yo me sentía mal por aquello que hicieron,
de rodillas en mi cuarto llorando y mirando al cielo.

Le dije a Dios:
"Padre, hoy te entrego a ti
a aquellos demonios que se han burlado de mí.
Yo no conozco sus nombres, pero yo sé que tú sí.
Tú eres mi abogado y los demando delante de ti a esos…"

Demonios que aparecen para intimidarme,
demonios que del camino quieren quitarme,
demonios por más que ellos intenten matarme,
ni lo alto o lo profundo podrán separarme.

Demonios que aparecen para intimidarme,
demonios que del camino quieren quitarme,
demonios por más que ellos intenten callarme,
soy hijo de Dios, por ende no podrán pararme.