Diestro y siniestro

LETRA

Diestro y siniestro

Yo no estoy para vaciles, así que diles que no vengan como Aquiles queriendo parecer viles, será mejor que espabiles y depongas tus fusiles

Pues de nada sirven frente al calibre de mis misiles irrisorios proyectiles, es como intentar petar un tanque lanzando flechas hechas de Silex

Ya pueden venir en tandas de cien o de miles ¡Que traigan el mejor de sus desfiles! ¿Quieres que te esquile y que te apile en la pileta que de paletos cómo tu está repleta?

Te vas para el otro barrio, así que vente con maletas, yo te voy a enseñar que al superior se le respeta. Tu no llegas tan alto ni intoxicado de setas

Yo estoy donde ni el viento puede alcanzar las veletas. Mis técnicas son inaccesibles y no secretas, un riguroso asceta y el más severo poeta.

Soberbio hasta la médula, la gente que me oye queda incrédula, real en cada célula, y sin exhibir la cédula, aún no hay una sola persona que se digna émula al portavoz de esta voz tan trémula.

Hay quien mueve su mandíbula garrula y gesticula, pero como yo, nadie más que yo la manipula, aún así pulula mucho muchacho de virtud nula.

Que además detenta con desvergüenza una actitud chula, ir de puto amo con rimas tan malas es como llevar una pipa sin balas

Como saltar de un sexto piso sin alas, y pretender volar algo más que los koalas. ¿A quien vas a enterrar patán? Guarda la pala, tu opinión me la suda y tú crítica me resbala, yo lleno vacíos, tu solo salas, a mi me dan las gracias, a ti por desgracia te dicen "Dalas"

Tanto feo postureo veo que me da mareo y hasta creo que la muerte se convierte en un deseo, cuando ojeo el apogeo de esos reos fariseos. Leo que efímera es su causa y cosa falsa su trofeo.

Yo sé que te encanta lo que mi boca te canta, y que quisieras mi cerebro y mi garganta, la distancia te espanta, aunque en realidad no es tanta, pero es más fácil para ti envidiarme que regar tu propia planta.

¡Quita!, Y llévate está cátedra gratuita, tu corazón me odia y tu mente me necesita, aunque no lo admita y el uno con el otro compita, seré tu disonancia cognitiva favorita.

A rogar a la iglesia o a la mezquita, aquí se actúa, no creo en la magia de tu varita, ninguna creación digna de admiración es fortuita, dale al indolente en la nariz con esta cita.

Quiero ver cómo hasta el que calla grita, mi verbo es como una roca de coca que te excita, sumérgete en mi impía fuente de agua bendita, y vas a salir más fuerte que Obélix de la marmita.

De acceder a lo que mi ser te invita, llorarías al contemplar una vista tan bonita. Coge mi mano, ignorante que infeliz transita, y te llevaré conmigo allí donde el saber habita.