Aquello que nunca dijimos

LETRA

Aquello que nunca dijimos

Ya no puedo recordar,
Aquellos besos que nos dimos,
Cuando todo lo que estaba mal,
Era aquello que nunca dijimos,
Y ahora dos desconocidos,
Que no saben dónde van,
Pensando cuando llegó el final,
¿No sería mejor no habernos conocido?

Por cada error un ?quédate?,
Pensando que podríamos haberlo hecho mejor que ayer,
Otra oportunidad que decepciona,
No hay manera de quererte sin beber tu belladona,
Y es que el miedo que atraviesa la pared,
Me gusta solamente cuando hay algo que perder,
Y ahí estás tú otra vez,
Mi fallo insalvable,
La puerta entreabierta,
A un infierno al que nunca olvidaré volver,
Mi dulce muerte escrita en el papel,
Mi apuesta sabiendo que voy a perder.

Ha pasado tanto tiempo desde aquella vez,
Y el mundo gira más lento ahora que no sacio tu sed.
Mi corazón tiene un ayer que no lo curará el mañana,
Y unas ansías por crecer y por huir de madrugada.
Quise recorrer los puntos cardinales de las palmas de tus manos,
Pero tú encontraste el norte en otros llantos,
Y ahora sólo queda el canto, de la vida,
Cuando no la doy por perdida.
Y tú te fuiste tan lejos que ya no recuerdo,
Si estuviste aquí alguna vez,
Pero puedo cerrar los ojos y te veo tan nítida,
Desnuda pero vestida, llorando con tu risa,
Y te podría jurar que nunca me sentí tan indefenso,
Como cuando me diste ese primer beso,
Fuiste mi peor pesadilla en mis mejores sueños.

Por cada error un ?quédate?,
Pensando que podríamos haberlo hecho mejor que ayer,
Otra oportunidad que decepciona,
No hay manera de quererte sin beber tu belladona,
Y es que el miedo que atraviesa la pared,
Me gusta solamente cuando hay algo que perder,
Y ahí estás tú otra vez,
Mi fallo insalvable,
La puerta entreabierta,
A un infierno al que nunca olvidaré volver,
Mi dulce muerte escrita en el papel,
Mi apuesta sabiendo que voy a perder.

Se desnuda el amanecer,
Entre dudas tabaco y hiel,
Despiertos bajo cero en mi habitación,
Y no me atrevo a acariciarte,
Aun nos duele el placer de ayer,
Nuestra cruel paradoja,
Hasta en el jardín del edén,
Se marchitan las rosas.

Por cada error un ?quédate?,
Pensando que podríamos haberlo hecho mejor que ayer,
Otra oportunidad que decepciona,
No hay manera de quererte sin beber tu belladona,
Y es que el miedo que atraviesa la pared,
Me gusta solamente cuando hay algo que perder,
Y ahí estás tú otra vez,
Mi fallo insalvable,
La puerta entreabierta,
A un infierno al que nunca olvidaré volver,
Mi dulce muerte escrita en el papel,
Mi apuesta sabiendo que voy a perder.