La Curva

LETRA

La Curva

La curva matemática en tu parpadeo,
Los poemas de tus labios, versos de tu pelo.
La sonrisa pícara de mis tolleos, tu concierto,
Evoco escalofríos de origen incierto.
Afinando las caricias,
Ya puede pegarse fuego el cielo, que lluevan cenizas.
Desnudos cuerpo a cuerpo sin prudencia,
Como dragones en el cielo de Valencia.

Y de repente
se cruzan las miradas, nadie dice nada,
Una tenue luz ilumina tu espalda, quiero verte.
Las bragas mojadas, los cuerpos calientes,
Respiración entrecortada, intermitente.
El tiempo se para, más bien se dispara, ¡espera!
Asumo tus balas en mi piel inerte,
Y ya de frente, cuerpo a cuerpo,
algo indecisos, caso omiso,
Tú, tú puedes besarme sin permiso.

La curva matemática en tu parpadeo,
La ecuación que te define, eres cine y leo
Cada palabra guionizada en tus cuerdas vocales,
Tus ojos dibujando auroras boreales.
Tarantino, Nolan, Kubrick, arañazos,
Besos en un mundo que se hunde a pedazos,
Que apaguen las luces a balazos,
Palomitas, marihuana, cerveza y abrazos.

Una chispa ilumina mi vida entera,
Se llena de color lo que antes eran las aceras,
Miro a fuera y todo tiene brillo,
es mucho más sencillo,
Mucho más adictivo, más atractivo, más vivo.
Y quiero guerra a todo tono gris,
a todos mis demonios y quimeras
que si no vas vienen a por tí,
No me rendí, no me vendí, no me tendí, no quise huir,
Ahora estás aquí junto a la lumbre de este sol de Abril.

Se disparan los latidos, somos dos rehenes,
Se quejan los vecinos por envidia, créeme;
El mundo no lo entiende, ¡que se jodan!
Estamos follando,
no pensando en la maldita boda.
Se conectan nuestros iris,
Puedo ver tu alma,
Anubis y Osiris se masturban, se difaman.
Ahí a fuera no ha cambiado nada:
Sigue muriendo gente mientras beso despacio tu cara.

Todo sigue como lo dejamos antes,
Caminos grises, pises donde pises ardes.
Agárrate a mi mano, vamos a pintar el cosmos
Con besos en tu cuello que caen por tu lomo errante.
Navíos naufragados en la costa
de tus ojos que no entienden el cifrado,
Que el tiempo vale más que todo el oro,
Y que el miedo a morir no hace efecto si ya te han matado.

Poesía de montañas, flores en las grietas,
La vida siempre escapa, permanece inquieta.
Caminos paralelos, cruces de miradas
sólo aptas a los ojos que las interpretan.
Versión original del canto del jilguero,
Me marcho con el gusto de volver sabiendo
Que alguien me espera en aquel horizonte,
en el monte
Donde cuento en versos la llegada de Caronte.

Se cruzan las miradas, nadie dice nada,
Una tenue luz ilumina tu espalda, quiero verte.
Las bragas mojadas, los cuerpos calientes,
Respiración entrecortada, intermitente.
El tiempo se para, más bien se dispara, espera!
Asumo tus balas en mi piel inerte,
Y ya de frente cuerpo a cuerpo,
algo indecisos, caso omiso,
Tú, tú puedes besarme sin permiso.

Se disparan los latidos, somos dos rehenes,
Se quejan los vecinos por envidia, créeme;
El mundo no lo entiende, ¡que se jodan!
Estamos follando,
no pensando en la maldita boda.
Se conectan nuestros iris,
Puedo ver tu alma,
Anubis y Osiris se masturban, se difaman.
Ahí a fuera no ha cambiado nada:
Sigue muriendo gente mientras beso despacio tu cara.