El potro negro

LETRA

El potro negro

Llegando a la realidad el hombre vive de un sueño, a la hora de la verdad, de nada vale su empeño, que triste fatalidad, llora el grande y el pequeño, el día que el amor se va, porque consigue otro dueño, muchos llegan a pensar que la vida es un misterio, que la carrera empezar termina en el cementerio, y así una noche cualquiera, nació esta historia que traigo, dedicada, justamente al potro de mis recuerdos, nació bajo la inclemencia de un torrencial aguacero, su madre murió al parirlo, cancelando el sacrilegio, de traer un hijo sin padre, algo que no acepta el clero, que lo castiga la ley, y lo aplaude el evangelio, yo era un peón del viejo hato. Era un soñador mancebo, con 18 primavera, claro que tenía que serlo, era el peón de más confianza, ella era la hija del dueño, pero todavía si hablo de ella, siento el corazón pequeño, quedo grabado en mi mente, su grito infantil y tierno, cuando vio entre sus dos brazos al lindo potranco negro, la luna escondió su rostro sobre el pecho del cielo, silbaba el guaita camino, queriendo alejar el trueno, y el lamento de un carrao, se escuchaba en el estero, los cocullos hacían cola del jagüey hasta el tranquero, ella y yo,. Criamos el potro, como un hijo primogénito, porque un animal también, siente el afecto materno, yo la vía como mi esposa, sin lazos y sin convenio, 5 años no son tres días, 5 años es mucho tiempo, para guardar un amor, sepultado en el silencio, maría, maría ya era una mujer, el potro el corcel más bello, la acepto sobre su lomo, sin silla falso ni apero, seria por pagar la crianza, como lo hace un hijo bueno, el patrón siempre traía, un jipato de otro pueblo, y yo vi junto a maría, jugando con sus cabellos, sentí correr por mis venas el oleajes de los celos, mire caminar la tierra, codo a codo con el cielo, viendo que estaba con él, y yo solo la tenía era en sueño, yo esclavo de sus respeto, y ella, ella buscando otro dueño, esa noche la bese, junto al botalón de cedro, el encargao que nos vio, fue y se lo conto a don pedro, y hay mismito me corrió, igual que como corren aun perro, y la vi abrazada llorando al botalón del recuerdo, perdí el amor de mi vida, pero no a mi potro negro