El juego del amor
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LETRA
El juego del amor
Este es el problema de cuando te encuentras enamorado
y sientes que cupido te abandona, pero es así.
Y yo quisiera encontrarte, hablarte, explicarte lo que siento.
Oye, tú sabes que tengo miles de formas
de decirte que te quiero, aunque ninguna sirva.
Y esto va por ti.
Porque cupido es, es ángel del amor.
O más bien es el diablito que te lanza flechas a traición.
Si tu te dejas querer, el que no quiere soy yo.
Y si yo quiero que me quieras, tú tienes otro amor.
En el juego del amor ya nada es infinito.
Y hoy puedes ser feliz y mañana sentirte maldito.
Todo está escrito, desde el amor al odio,
desde decírselo al oído a sentir agobio.
Y es obvio, que cada día más le quiere
y que suele ser feliz con lo poco que ella tiene.
Pero llora, por la distancia o por las horas,
por falta de caricias y por sentirse sola.
Se enamoró de un lobo salvaje que no controla,
y que aúlla cada noche al divisar su luna sola, sin estrellas.
Es bonito pensar que la vida es bella,
si ganaste el amor de tu príncipe o doncella.
Si lloras por el Sol no logras ver las estrellas.
Y una alegre sonrisa en esa carita tan bella.
Y bella serán dos horas que pasaste con ella
sentao' en un banco pero ella ya ha dejado de estar.
Sigues llorando esperando a que te venga a buscar.
Visualizando su verde vestido esperanza te da.
Y no puede ser, quiero que sea y no será.
Si viene es que me quiere y que jamás me dejará.
Se dice él mientras tanto y ella se queda pausada,
porque otro chico más esperaba su llegada.
Y no dijo lo siento, no quiso decirle nada.
Pero él era su novio y de él estaba enamorada.
Anclada en una falsa tristeza que pronto se desvanecía.
Vive en un final feliz cuando ese chico perdía.
No busco un bonito final si ya sé que no existía
para ese pobre vagabundo que buscó un Sol de día.
Cuando de noche su Luna se le antojaba perdía.
Sanó su vida con alcohol, pero aún así le dolía.
Quizás curar se pudiera, pero el dolor persistía.
Y por los ojos de otra gata su corazón latía.
Porque cupido es, es ángel del amor.
O más bien es el diablito que te lanza flechas a traición.
Si tu te dejas querer, el que no quiere soy yo.
Y si yo quiero que me quieras, tú tienes otro amor.