Apunta bien

LETRA

Apunta bien

APUNTA BIEN

“Estos fabricantes de leyes para su beneficio han llegado
muy lejos. Pero no tengo miedo a sus represalias, con la
razón y la verdad se llega lejos. Ellos tienen miedo
y yo no les temo. Ellos quieren vivir y yo ya estoy
muerto, o llamémosle moribundo con ganas de morir matando.”

Todo Estado necesita de siervos
obedientes, en nómina y a sueldo,
como tú carcelero, juez o policía.
Terroristas sois del día a día.
Todo esto para ti es un negocio.
Te saltan las alarmas, socio.
Si alguien se rebela y no obedece
te complica tu salario sucio,
sucio, sucio.

Tras sus tribunales, fiscales,
basura codiciosa, encierran ideales.
Cárceles engullen vidas dentro.
Tú sabes que no miento.

Hay rasgos comunes en toda prisión:
pobreza y dignidad no tienen perdón.
¿Dónde están las libertades?
¿Eran falsas? ¿No eran tales? ¿No eran tales? ¿No eran tales?

Dan palizas, humillaciones
en el corazón,
aspirando a subir puestos
del escalafón.
Aquí se tortura, no es un engaño, no
Golpean en comisarías como antaño, como antaño
Electrodos, bañera, asfixia, palos…
Son el trato de los “buenos”
a los “malos”.

¿Dónde está la libertad, la tolerancia
con cadenas perpetuas
en democracia?
La total impunidad
es derecho reservado
al terrorismo pactado del Estado.

Haz otro montaje y encierra a cien.
Si no piensan como tú, no, no está bien.
Sigue indultando a tus militares,
especuladores, políticos: criminales.

Mientras fuera nadie lo sabe
personas agonizan presas, terminales.
La locura visita sus soledades,
las adicciones son negocios funcionariales.

Si piensas que esto es normal y legal,
que esto les ocurre por matar o robar,
¿dónde deberían estar los del GAL?
¡Régimen de aislamiento
aplicado a Aznar!

Y apunta bien, policía,
sacia tu sed de violencia.
Vamos, señor juez,
no muestres benevolencia.
Y apunta bien, cobardía,
lo vuestro sí es delincuencia.
Vamos, carcelero,
ocúltale el sol a otro preso.

Mantendrán el orden y la ley
a golpe de presidio.
Los que luchan contra el poder
nunca serán bien recibidos.

Siglo veintiuno, tiempo de esclavos
sin diferencia entre jaulas y celdas.
Una cárcel o una granja,
al fin y al cabo, mantienen
a alguien de libertad privado.

Y apunta bien, policía,
sacia tu sed de violencia.
Vamos, señor juez,
no muestres benevolencia.
Y apunta bien, cobardía,
lo vuestro sí es delincuencia.
Vamos, carcelero,
ocúltale el sol a otro preso.

Hablas de Constitución
y te parece creíble…
¿Desde cuándo es compatible
esa basura con nuestra Revolución?