Marlene Dietrich

Biografía de Marlene Dietrich

(Marie Magdalene Dietrich; Berlín, 1901 - París, 1992) Actriz cinematográfica alemana. Hija de un policía y de una dama de buena cuna, desde muy pequeña recibió una formación muy severa que cuidaba tanto sus modales y educación como su manera de vestir.
Según Hessel, Marlene Dietrich era capaz de sonreír como un ídolo —“como los arcaicos dioses griegos”— y, a la vez, tener un aire inofensivo. “A su sonrisa no se le puede reprochar nada. No tiene malas intenciones. Y, sin embargo, puede ser la sonrisa vampírica de Astarté”. El escritor apunta que como hija de un militar prusiano, la actriz estaba acostumbrada a la disciplina, “ha sido educada para mostrar una vigorosa energía”. “Estas cualidades han favorecido su profesión de artista. Cuando es necesario, esta frágil mujer de mirada maravillosamente indolente es capaz de aguantarlo todo. Durante los largos y enervantes ensayos del rodaje se muestra incansable”. Hessel contribuía así al falso mito de la mujer fuerte por gracia de la disciplina paterna cuando en realidad la actriz creció rodeada de mujeres y fue su madre la que marcó todas y cada una de las estrictas reglas. “La hija de un soldado no llora”, solía repetirle su madre cuando las cosas se ponían difíciles. La figura paterna (“alto, arrogante, olor a cuero, botas brillantes, látigo y caballos”) era idílica, mientras que la de su madre era terrenal. “El respeto que yo sentía por mi madre no se extinguió con su muerte. Ella era un buen general”, contó años después la propia Dietrich.

La energía sexual que despertaba la actriz provocó ríos de tinta desde su irrupción en la pantalla. Fascinado con su misterio, Max Brod, legendario amigo y editor de Kafka, dijo de ella: “Levanta el muslo, muy quieta, de manera casi pasajera, como sin querer, y ese único movimiento equivale a una orgía entera”. Pero Hessel supo ver más allá: “Ella —o aquella a quien encarna— en realidad ni siquiera percibe ni pretende ese efecto”. Para el escritor esta peculiaridad de, digamos, erotismo inocente, se debía a la cualidad infantil de Dietrich, “nada puede tener un efecto más fatal, destructivo y diabólico que la renuncia a todo lo demoníaco, que la reducción, como la que ella simula, de la existencia al orden o al desorden de un cuarto de niños. Tal hechizo sólo podía ejercerlo una mujer que ha podido salvar mucho de su propia infancia”. Fuente: https://elpais.com/cultura/2014/08/02/actualidad/1406997265_081620.html

Fuente: nonick a través de Musica.com

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