Biografía de Gustavo Herrera
Nací entre calles de polvo y semiasfaltadas, una casa de ladrillo en el barrio los algarrobos fue mi cuna en mis primeros años. Al frente habia un parque, pero mi principal distracción era la montaña de arena, aquella que utilizaban para contruir la casa de los vecinos pienso yo, que a la final nunca la terminaron de construir. Se escuchaba el canto de alguien con una guitarra y el
de los pajaros cada mañana; y y el gallo cacareando todas las madrugadas. Luego fui a aprendiendo que ese cacareo significan dos cosas: que ya estaba amaneciendo, o que mi abuelita estaba preparando el almuerzo de aquel día. Al día siguiente la sirena de los bomberos indicaban el medio día, y una señora desde el fondo del cuarto gritanto... " La Sopa!!". Era el primero en la mesa, sin camiseta, sin pelo y sin dientes tratando de saborear todo lo que estuviera al paso. También escuchaba todas las mañanas alguien bañandose en la ducha cantando a todo pulmón con mucha alegría todo tipo de música y unas risas de fondo alegraban la mañana.
Había no me acuerdo en donde, dos guitarras.... La una mas vieja que la otra. Trataba de sujetarla con mis manos pequeñas pero era muy grande, pero la insistencia me hizo acoplarme a su tamaño. Terminaba la tarde con las manos y los dedos raspados, pues no atinaba nunca a las cuerdas, y no entendía porque no sonaba nada. Al acabar la tarde, mi madre me llevaba a la cama, escuchaba el click de la radio, y ya sabía que mis villancicos favoritos iban a sonar,y me dormía en paz y tranquilo. Me despertaban el sonido de las olas del mar, y me iba a "surfear", pero no les puedo engañar, me fue muy mal, todo lo que hacía era nadar, nadar y nadar, y aunque me acostumbre a que las olas me revuelquen, me empezo a gustar el golpe de mi cuerpo con la arena en el fondo del mar, cosa que no era muy agradable en la playa de a lado donde no había arena sino piedras, y aunque no pude pararme nunca sobre esa tabla, lo que si les puedo decir es que aprendí a nadar
muy bien. LLegaba a mi casa y me acostaba en el patio en la baldosa que era bien caliente mientras olía el olor a patacones y me preparaba para el sonido de la sirena otra vez y la misma rutina todos los dias. Jugamos en el barrio fútbol todos los dias, y aunque no era muy querido porque todos los dias al acabar el primer tiempo del partido me salia del juego y dejaba siempre a un equipo incompleto por ir a jugar con mi juguete favorito, el piano que recien me habían comprado con mucho esfuerzo. Muchas cosas mas se podrian decir, muchos cuadros que fui pintando con mi vida, tantos cuadros que de tanto ya no recuerdo todos, pero recuerdo los mas importantes: alguien cantando en la ducha, alguien diciendo la sopa!, las olas revolcandome, la montaña de arena, las 2 guitarras, el piano, y una mujer que ya no esta, diciendome siempre en el oído: Que tus sueños nunca dejen de respirar....
Fuente: cHiNa.... aAaAaaAa a través de Musica.com