Biografía de Rincón de Luz
Álvaro del Solar regresa de Europa para recibir su parte de la herencia familiar que la abuela Victoria Seoane del Solar decidió repartir en vida entre todos sus nietos. Pero se encuentra con una sorpresa: es el único que no va a recibir un solo peso.
Su abuela considera que Álvaro, adolescente perpetuo, ha demostrado ser bueno solamente para gastar el dinero de la familia y no ha hecho mérito en su vida para merecerlo.
La única posibilidad de recibir su parte será demostrar que puede construir algo propio, interesarse por los demás y administrar sus bienes como una persona adulta que es.
Mientras se realiza la reunión en el casco de estancia de la familia, en el pueblo, Lucas, un chico de la calle que lidera a otros en su misma situación (Julián, Mateo y Malena, única mujer del grupo que sin embargo se viste de varón y se hace llamar Coco) intenta conseguir la comida del día para todos. Los une la necesidad y la habilidad para sobrevivir sin otro sostén que ellos mismos.
Cuando promedia el día y lo recaudado no alcanza para comer suelen hacer "el accidente", una maniobra arriesgada que consiste en ponerse al lado de algún auto y esperar a que su dueño lo mueva para fingir que han sido golpeados por él. El conductor, asustado, suele darles dinero para paliar su preocupación por el involuntario hecho.
Al salir de la mansión familiar, desmoralizado por la decisión de su abuela, Álvaro sube a su flamante Porsche y lo arranca sin pensar más que en lo difícil que se le van a poner las cosas a partir de ahora. Es entonces que escucha gritos y oye un fuerte golpe sobre la luneta del coche, que detiene bruscamente para saber qué pasó. Se baja y encuentra a Lucas maltrecho fingiendo fuertes dolores y a los otros integrantes del grupo acusándolo de haberlo atropellado. A partir de ese momento, la vida de Álvaro y de los chicos cambiará para siempre.
Álvaro descubre enseguida la treta de que ha sido objeto pero decide utilizarla a su favor. Para convencer a su abuela de lo injusto de su apreciación sobre él, va a hacerse pasar por el abnegado responsable de un hogar de huérfanos y así conseguir su parte de la herencia.
Conmovida por ese gesto, la abuela entra en su juego y termina ofreciéndole una de las propiedades de la familia para que pueda seguir adelante con su obra de bien. Pero le impone una condición: su parte del dinero no la va a recibir toda junta sino que ella quiere ver ese orfanato en funcionamiento, de modo que mes a mes le irá dando el dinero en cuotas.
Álvaro siente que el tiro le salió por la culata, pero no todo está perdido. Tiene a los chicos, tiene la casa y tiene muchas ganas de reunirse con su parte del dinero. Así que todo será cuestión de poner en marcha el falso proyecto hasta que la abuela le entregue el último peso de su herencia.
Claro que Álvaro no sabe que sobre la propiedad que le cedieron pesa una truculenta leyenda que ha hecho que la casa -aunque muy linda y confortable- sea invendible: en el parque se oculta un viejo cementerio familiar donde los vecinos juran haber escuchado toda clase de gemidos y hasta haber visto la sombra espectral de un fantasma que vaga como alma en pena. Álvaro tampoco se ha detenido a pensar que lo espera una obligada y difícil convivencia con criaturas acostumbradas a no aceptar ningún tipo de normas e imposiciones, con el agravante de que él no soporta a los chicos ni en las películas. Sin embargo cree encontrar la solución a este punto en el consejo de Javier y Tobías, sus amigos inseparables, quienes lo convencen de tomar a alguien para que se ocupe de los "huerfanitos".
Después de una rigurosa selección que Álvaro realiza personalmente, cree haber encontrado a la mujer perfecta para "domar a las bestias": se trata de Soledad, una chica del interior, inquieta y misteriosa, que parece reunir la ternura y la severidad necesarias. Nadie adivina que Soledad tuvo que hacer más de una trampa para lograr ese puesto y que su deseo de conseguirlo esconde un secreto relacionado con la familia Del Solar.
El nuevo orfanato necesita una directora y la abuela propone a su única hija mujer, María Julia Del Solar, solterona neurótica e insegura todavía inconsolable por la pérdida del segundo novio que la dejó plantada en el altar. Como recurso para lograr una de sus conquistas, Álvaro introduce a Delfina Díaz Guillén, candidata a novia formal y a tilinga graduada con honores, quien será la nutricionista oficial y pronto se verá enfrentada a Soledad por su dureza en el trato con los chicos. La directora traerá como profesora a su mejor amiga, María Ema González Pinto (Memé), especie de Cruela Devil, pintoresca y surrealista, que cambia a menudo su color de pelo y se descontrola fácilmente sembrando el terror entre los chicos.
El médico del hogar será el mismo de la familia Del Solar, León Casares, quien pronto se convierte en el abuelo sustituto de los huérfanos y en uno de los pocos capaces de darles contención. También sobrevuela el ámbito del hogar su hijo Juan Ignacio Casares, apoderado de Victoria y a cargo del manejo de todas las empresas del holding familiar. Juan Ignacio no le pierde pisada a Álvaro, su amigo de la infancia a quien secretamente desea destruir revelando que el benéfico emprendimiento es una farsa. También del lado de los chicos se van sumando poco a poco nuevos integrantes al hogar.
Entre las nenas, la primera en llegar (traída por el doctor Casares) es Chiara, dulce y generosa, cuya mayor felicidad consiste en hacer feliz a los demás. Poco después llega Tali, aprendiz de bruja que asegura haber sido convocada a esa casa por una Bruja Madre alojada allí. Josefina llega de la mano de Delfina, la novia de Álvaro, que la introduce en el hogar para que actúe como su espía y la mantenga informada en secreto de todos los movimientos de Soledad. La última en llegar es Carola, peluquera amateur y diva en potencia, antigua amigovia de Julián cuando vivían en la calle y que es invitada por él a vivir en la casa. No faltan los vecinos ricos dispuestos a hacerles la vida imposible. Ellos son Sebastián y Luciana, hermanos que sólo se parecen entre sí por envidiar la libertad de los huérfanos y por considerar que deben ser expulsados del barrio cuanto antes.
El primer obstáculo que aparece entre nuestros chicos es que los vecinos no sólo despiertan odios encarnizados sino también amores súbitos, como el que surge entre Lucas y Luciana. Otra historia de amor es la que nace entre Álvaro y Soledad. La convivencia hace que vayan descubriéndose poco a poco y lo que al principio eran batallas campales entre ellos se va transformando en curiosidad y pasión.
Los obstáculos son muchos: Delfina, la novia de Álvaro, que no quiere perderlo; Juan Ignacio, que pretende seducir a Soledad en su afán de sacarle información para lograr sus oscuros fines; y finalmente Mentiritas, un ser adorable que aparece de pronto y se ve obligado a inventar su propia historia para no revelar el secreto de Soledad.
Al principio, Álvaro se resiste a creer lo que le pasa, pero la sabiduría campesina de Soledad le da un sacudón a la eterna pereza del heredero, lo hace volver a creer en la gente, a aceptar que existen objetivos nobles y motivos suficientes para dar la vida por una ilusión. Cuando esto ocurre, el hogar deja de ser una farsa para convertirse en Rinconcito de Luz, un refugio para los que no tienen más que sus sentimientos y sus esperanzas, un universo especial y diferente pleno de aventuras, travesuras y emociones. Todos tenemos un Rinconcito de Luz en algún lugar de nuestro corazón... Allí están nuestros sueños esperando que vayamos a rescatarlos.
Mientras lo mantengamos encendido, nunca nos sentiremos solos.
Fuente: fanscande a través de Musica.com