Estudios recientes inciden en el hecho de que la práctica continuada de la música ejerce un efecto positivo en el desarrollo de los niños. Gracias al uso de resonancias magnéticas y escáneres de positrones, los científicos han podido comprobar el aumento de materia gris, especialmente en las zonas motoras, auditivas y visuales.
Veamos en detalle algunos de los efectos positivos que tiene la música en el desarrollo del niño:
La música tranquiliza a los niños
En sus primeros años de desarrollo, la música puede ejercer un poderoso efecto regulador del comportamiento en el niño. Si le notamos inquieto, podemos ponerle ritmos movidos que le ayuden a descargar la tensión mediante el baile, satisfaciendo su necesidad de movimiento. Si por el contrario se acerca la hora de dormir, la música tranquila ejercerá un efecto relajante que le tranquilice o le lleve a balancearse suavemente. A muchos niños este balanceo les recuerda la sensación de protección que les producía estar meciéndose en brazos de su madre.
La música desarrolla los vínculos afectivos
Además de los cambios que produce a nivel fisiológico, tararear canciones a los bebés desarrolla fuertes vínculos afectivos, estimulando su inteligencia emocional. A nivel psicológico, estimula la aparición de sentimientos y emociones. Normalmente se recomiendan canciones con letras sencillas y repetitivas que incluyan onomatopeyas. Especialmente indicadas son las canciones infantiles para bailar. Sin embargo no debe de restringirse el tipo de música al que puede acceder el niño: está comprobado que niños y bebés son muy receptivos a algunos tipos de música clásica, sobre todo aquella de estructura fácil y corta duración.
La música estimula la etapa de alfabetización
La música introduce a los niños en el mundo de los sonidos y las palabras, reforzando su aprendizaje y mejorando su lenguaje. Su capacidad de memoria se verá mejorada, al igual que su capacidad de concentración y atención, teniendo un efecto muy positivo en el aprendizaje de los idiomas y de las matemáticas. El baile es ritmo y compases, es decir, combinaciones numéricas: según algunos estudios los niños que se aficionan a la música desde pequeños tienen una mayor facilidad para aprender los números y los primeros conceptos matemáticos.
La música hace más sociables a los niños
La música mejora la integración de los niños en el grupo. Bailar en corro y, a partir de cierta edad, practicar coreografías, mejora su integración en el grupo al tiempo que desarrolla la creatividad infantil.
La música ayuda a establecer rutinas
Asociar la música a determinadas actividades ayuda a establecer rutinas. Si, por ejemplo, cuando dibuja le ponemos una música y cuando se va a acostar otra, ayudamos a establecer asociaciones entre la música y las actividades, algo que le ayuda a establecer rutinas, sentando así las bases de su futura disciplina.
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