Galerna

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Él salía de casa temprano, con la mano en el corazón y la corbata mal anudada, llevando consigo su razón. Por su parte, ella arreglaba la cama con trozos de su amor, recogiendo su dolor con cada paso. Al regresar, como siempre, la tormenta irrumpía a través de la ventana: el rencor frente a la ira, desafiándose una vez más.

Ambos son responsables de que en mi pecho convivan la serpiente y el alacrán, la tormenta y la desesperanza, las espinas del rosal. Son culpables de que en mis sueños no haya un cielo que contemplar, ni un río, ni un campo, ni paz.

Él regresaba tarde y exhausto, sin historias que contar. Sus ojos claros, desgastados por la espera, se cruzaban con los de ella. Él huía como los gatos asustados, mientras ella preparaba su propia verdad. Un guante caía sobre las flores, dando comienzo a otro duelo, al mismo herido por reanimar cada noche.

Ambos son culpables de que en mi pecho convivan la serpiente y el alacrán, la tormenta y la desesperanza, las espinas del rosal. Son culpables de que en mis sueños no haya un cielo que mirar, ni un río, ni un campo, solo el mar de mi soledad. Son responsables de que sienta sus manos en mi cuello al despertar, apretándome un poco más cada día.