Pongamos que hablo de Madrid

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En un lugar donde los caminos se entrecruzan y el mar es una idea lejana, donde los fugitivos siempre regresan, nos sumergimos en el encanto de Madrid. Donde los ascensores elevan nuestros deseos y dejan un vacío en cada uno de nosotros, donde se entrega la vida en cada rincón de la ciudad. Las niñas ya no sueñan con ser princesas, los niños persiguen el mar en un vaso de ginebra, Madrid es un mundo en constante movimiento.

Los pájaros buscan ayuda psicológica, las estrellas se esconden y la muerte se desplaza en ambulancias blancas por las calles de la capital. El sol calienta como una estufa de butano, la vida parece un viaje en metro a punto de partir, y hasta en los lavabos se encuentran jeringuillas. Todo esto es parte del paisaje urbano de Madrid.

Cuando la muerte llame a mi puerta, deseo regresar al sur donde nací, pues en Madrid ya no hay espacio para nadie más. La ciudad es una mezcla de contrastes, de historias entrelazadas y de vidas que se cruzan en un constante ir y venir. Madrid es mucho más que una ciudad, es un escenario vibrante y lleno de matices donde cada persona encuentra su propia melodía.