ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la madrugada llego a casa con un peso en el corazón y mi madre esperándome. Me retiro a mi habitación para escribir mientras la cama me llama, escuchando a raperos que sacrificaron la autenticidad por la fama. No soy el príncipe encantado que esperabas, se apagó la chispa, ¿me extrañas, o solo en lo físico?
Me siento perdido en un laberinto sin salida, sucedieron tantas tonterías, ella decía que me amaba, que era el amor de su vida. Te fuiste y no sé si regresarás, si aún me amarás, si deseas que vuelva. Pero lo único que puedo decir es que ya no esperaré más, me valoro demasiado ahora, priorizando mi bienestar.
El amor apaga tu voz, te corta las alas, se llama amor pero te asfixia. Necesito una pausa, unos momentos de tranquilidad, besos que brotaron de miradas cómplices. Nos quisimos, pero nuestro camino se desvaneció, ya no quiero regresar, solo pretendo desvanecerme, olvidarte y seguir adelante. Acepto que olvidarte no es sencillo, estoy agotado, con ojeras, sin dinero, pero aprendí la lección de no entregarme de nuevo a quien me dolió.
Estoy confundido queriendo forzar el destino, nuestro amor se extinguió como una llama. Recuerda nuestro pasado, los momentos en mi habitación, ahora me encuentro solo, construyendo un futuro incierto. Ya no me basta con tu perdón, anhelo recuperar esa sensación de entrega total sin miedo a perderlo todo.
Mi hermana me aconseja detenerme, pero al cerrar los ojos te sigo viendo. No sé si volviste por lástima, pero te ruego, aléjate, sal de mi vida y de mi mente. Lloré al poner todas las cartas sobre la mesa, recordando la promesa que fallaste sin razón alguna.
Llevamos un mes distanciados, afirmar que no te quise sería una mentira. Me decepcionaste sin motivo alguno, aquel hijo del que hablábamos no llevará tu nombre. A pesar de todo lo vivido, he salido adelante, no lamento haberte conocido. Perdimos, ambos entendimos ese doble significado en nuestra despedida.