ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una noche mágica y encantadora, tres antiguos gitanos llegaron a la puerta de nuestra mansión con valentía y elegancia. Uno de ellos entonaba melodías agudas, otro lo hacía más grave, mientras la Dama cantaba con pasión la historia del zíngaro vagabundo.
La Dama se movía con gracia por las escaleras de la mansión, vistiendo su traje de cuero, mientras a su alrededor se escuchaba el murmullo de la novedad de su huida con el zíngaro vagabundo.
Al llegar la noche, el señor de la mansión regresó buscando a su amada, y al preguntar a la joven sirvienta, obtuvo la triste respuesta de que ella se había fugado con el zíngaro vagabundo.
Decidido a recuperar a su amada, el señor pidió que le ensillaran su caballo blanco y partió en su búsqueda. Aunque su caballo no era veloz, estaba decidido a buscar a su novia a lomos de su fiel steed. Cabalgó sin descanso, recorriendo caminos de este a oeste, norte y sur, hasta que finalmente, en los campos abiertos, encontró a su amada, abandonándose entonces en un abrazo lleno de emoción y redención.