Visions Of Johanna

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En la misteriosa canción 'Visions Of Johanna' de Bob Dylan, nos sumergimos en un mundo de imágenes evocativas y melancólicas. Nos encontramos en una noche en la que los trucos se despliegan cuando intentamos mantener la calma en el silencio. Estamos atrapados, tratando de negar la realidad que se nos presenta, mientras Louise sostiene un puñado de lluvia, tentándonos a desafiarla.

Las luces parpadean desde el desván opuesto, el calor de las tuberías tose en la habitación, la estación de música country suena suave pero no hay nada que silenciar realmente. Solo Louise y su amante, tan enlazados, y estas visiones de Johanna que conquistan mi mente.

En medio de un lote vacío donde las mujeres juegan a ciegas con un llavero, las chicas de la noche susurran sobre aventuras en el tren 'D'. Escuchamos al vigilante nocturno haciendo clic con su linterna, cuestionándose quién está más cuerdo, si él o ellos. Louise parece bien, cercana y delicada como un espejo, pero demasiado concisa y clara al afirmar que Johanna no está aquí. El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro, donde ahora mis visiones de Johanna ocupan mi lugar.

El niño perdido se toma demasiado en serio, presumiendo de su miseria y disfrutando vivir peligrosamente. Habla de una despedida con beso incluido, mostrando una audacia inútil mientras divaga en la pared. ¿Cómo puedo explicar? Es difícil avanzar con estas visiones de Johanna que me mantienen despierto hasta el amanecer.

Dentro de los museos, la infinitud se pone a prueba. Las voces resuenan mientras se habla de lo que la salvación debe ser después de un tiempo. La Mona Lisa parece tener la melancolía de la carretera en su sonrisa. Las mujeres se sorprenden cuando una estornuda y otra afirma no encontrar sus rodillas. Joyas y prismáticos cuelgan de la cabeza de una mula, pero estas visiones de Johanna hacen que todo parezca tan cruel.

El vendedor habla con la condesa, quien finge preocuparse por él. Menciona encontrar a alguien que no sea un parásito, y rezará por él. Pero, como dice Louise, ¿realmente podemos ver mucho, amigo? Madonna no ha aparecido aún, observamos cómo la jaula vacía se corroe, donde solía ondear su capa en el escenario. El violinista se cruza en el camino, asegurando que todo lo adeudado ha sido devuelto, mientras mi conciencia estalla.

Las armónicas suenan, las llaves esqueléticas y la lluvia. Y estas visiones de Johanna son todo lo que queda para contemplar en este retrato vívido y conmovedor de la soledad y la búsqueda de significado en un mundo que atrae y repele a partes iguales.