One Rode To Asa Bay

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Un hombre cabalgó por el bosque
Hasta Asa bay
Donde los barcos dragón habían navegado al mar
Más veces de las que se podrían contar
Para ver con sus propios ojos la maravilla
De la que la gente hablaba de boca en boca
El Dios de toda la omnipotencia
Había llegado de tierras extranjeras

Los rumores contaban de un hombre
Que había venido desde el otro lado del mar
Llevando una cruz de oro alrededor del cuello en cadena
Y hablaba en extraña lengua de paz
Había llegado con extraños hombres en armadura
Vestidos con camisas y encajes púrpuras
Sin olor a cerveza sino a flores
Y sin pelo en el rostro

Y el hombre valiente que llevaba la cruz
Había dicho a todos en Asa bay
Que el Dios de todos los hombres, mujeres y niños había llegado
Para salvarlos a todos
Y para agradecer al Señor del Cielo
Uno debería construirle una casa a Dios
Y para salvar su alma del Infierno
Uno debería ser bautizado y hacer votos

Un hombre de orgullo con el Martillo le dijo al nuevo Dios
Que construyera su casa en su propia tierra
Y habló en voz alta de los Dioses de sus padres
Que no hacía mucho habían partido
Los rumores decían que el hombre de barba como fuego
Y el Martillo en cadena
Fueron silenciados por hombres en armadura
Y por sus espadas fueron asesinados

Quienes no pagaran la única moneda
De las cuatro al hombre del nuevo Dios
Eran azotados veinte y encadenados
Por el cuello al tronco (Al tronco)
Y así toda Asa bay construyó
Una casa de la cruz
Cada hora de luz diurna sudaban
Los miembros dolían porque la fe cuesta

Y en el día doscientos
Allí se erigía blanca hasta el cielo
La casa del Dios de la cruz
Lo suficientemente grande para albergar dos barcos dragón en su interior
Y toda Asa bay observaba
La maravilla elevarse al cielo
Ahora el Dios de la cruz debe estar satisfecho
Y complacido

Justo fuera del círculo de la multitud
Un viejo hombre se mantenía de pie
Miraba a través de las aguas
Y se cubría el sol de los ojos con una mano
Y sus viejos ojos casi podían ver
Los barcos dragón zarpar
Y sus viejos oídos casi podían escuchar
A los hombres de gran número gritar ¡Saludo a Odín!

Y aunque ya lo sabía
Aun así volvió su rostro hacia el cielo
Y susurró palabras silenciosas olvidadas
Dichas solo en lo alto
Ahora esta casa de un Dios extranjero está en pie
Ahora nos deben dejar en paz
Aún escuchó desde alguna parte del bosque
Aviso del cuervo viejo de sabiduría
Gente de la tierra de Asa, esto apenas ha comenzado.